SI PUDIERA ELEGIR A MI HIJO

“Si pudiera elegir a mi hijo“, así se titula la poesía que le regalé a Joaquín cuando tenía 12 años.
De niño fue inquieto y respetuoso amante de la naturaleza. No tenía muchos juguetes salvo rompecabezas, lupas, microscopio, telescopio, espadas y algún palo que transformaba en lo que su imaginación deseara. Muy interesado en la anatomía y fisiología humana se acercó en forma autodidacta a estos temas.

Comenzando el secundario poseía avanzados estudios de computación por lo cual alrededor de los 12 años comenzó a trabajar en esa área. Pero su poca edad le jugaba en contra, lo cual pudo superar con concretos logros laborales. A los 14 años comenzó a ser un verdadero devorador de libros de tinte psicólogico, filosófico y espiritual. También se interesó en la programación neurolinguística y  la física cuántica. Fue brillante estudiante durante la secundaria que finalizó dos días antes de su fallecimiento. Por su sensatez, aplomo y capacidad de consensuar ocupó varios cargos en representación del estudiantado.

Su último viaje lo realizó a una escuela rural en Santiago del Estero y recuerdo que cuando regresó dijo que había conocido a personas muy humildes pero  felices y destacó la gran riqueza que poseía esa gente “pobre”.
Joaquín era un manantial de creatividad. En su esencia se encontraba la mágica belleza de la vida. Talentoso actor nato, realizó diversos cursos de teatro y con habilidad para el origami, la  magia y el “sreet art” sabía captar  lo especial de lo simple con su cámara fotográfica.
Tenía una aguda mirada más allá de lo aparente  y disfrutaba de las pequeñas cosas de vida. No necesitaba de acontecimientos especiales porque cada momento lo podía  transformar en único.
Tuvo un excelente desenvolvimiento social sin perder su individualidad. Desapegado de lo material logró tener lo más apreciado por él que era tenerse a si mismo. Si bien era muy selectivo su entrega hacia las personas o actividades que realizaba era total. A menudo deleitaba  con su agudo humor.
Practicante de diversas artes marciales, parkour, maratones etc. obtuvo una gran destreza física debido al arduo y sostenido entrenamiento realizado. En el secundario destacó por su mal desenvolvimiento en el football por lo cual habitualmente ocupaba la posición de arquero para deleite del equipo contrario. 
Joaquín pertenecía a la llamada comunidad argenmex y asistía a diversos eventos culturales en pro de la integración  Argentina-México.
Tenía una excelente relación con las mujeres, parecía haber descubierto su naturaleza. Las respetaba y apreciaba genuinamente. Poseía una mezcla de virilidad y sensibilidad que llamaba la atención de muchas. Era un caballero.
Ningunista  por esencia, parecía un honorable guerrero que defendía  sanos principios con convicción.
Pero lo más valioso de mi hijo fue y es su sano corazón y su pureza espiritual. Todo lo que aprendía lo compartía. Fue noble y generoso de perfil bajo y a la vez entusiasta y vital. Inútil de ser estereotipado era un joven  muy querido.
Tenía una cantidad de amigos difícil de dimensionar: sus queridos Roy y Bob, sus compañeros y profesores de la escuela, jóvenes de otros colegios, sus amigos de parkour rosarinos y de Cap. Fed, amigos de bandas musicales, de Ninshitsu, sus dos familias adoptivas mexicanas junto con su grupo de amigos compatriotas en especial su querido Rodrigo, su valioso amor toolero Aldana, su amiga del alma Antonella, el enternecedor Niko, Freaky y sus fieles Fer y Facu entre muchos otros. Me conmueve escuchar a jóvenes diciendo que no han perdido a un amigo sino a un hermano.
Me resulta imposible volcar en palabras sus 17 años. Es sólo un limitadísimo intento de mi parte.
Se marchó  Joaquín es como para mi decir dejó de brillar el sol, sin embargo él vive y vivirá por siempre en mi corazón y en el de aquellos que lo queremos. Aquella poesía que le regalé a Joaquín  termina diciendo ”Si pudiera elegir a  mi hijo, lo elegiría tal cual como sos vos”.

Matilde Trejo